La gente a veces se lastima en las actividades de la vida. El cuerpo humano está sujeto a la enfermedad, a las lesiones y a varios contratiempos de carácter accidental o intencional.
A lo largo de la historia, las religiones han intentado aliviar el sufrimiento físico del hombre. Los métodos han comprendido desde la oración hasta la imposición de manos, y surgieron muchas supersticiones para explicar su efectividad ocasional. Sin embargo, se ha creído normalmente que, fuese cual fuese el método, el espíritu puede tener un efecto sobre el cuerpo.
Hoy en día, la medicina trata el cuerpo cuando algo va mal con él. Pero ignora casi totalmente la relación entre el ser espiritual y su cuerpo y el efecto del ser espiritual sobre el cuerpo.
El hecho es que una vez que se ha recibido el tratamiento médico necesario, el propio individuo tiene una enorme capacidad para influir en el cuerpo y su bienestar o la falta del mismo.
L. Ronald Hubbard desarrolló numerosas aplicaciones de sus descubrimientos para los aspectos mentales y espirituales de las dificultades físicas de la persona. Y según se desarrollaban más y más técnicas, empezó a utilizarse un nuevo corpus de tecnología, llamado “Ayudas”.
Las formas en las que se pueden aplicar las ayudas son casi ilimitadas. Siempre son beneficiosas y a menudo obtienen resultados milagrosos. Hoy en día existen docenas de ayudas para todo un amplio abanico de condiciones, y en el curso y en el folleto correspondiente se incluyen algunas de las más básicas y de las que se utilizan más ampliamente.