Ministros Voluntarios de Scientology de Australia ayudan a la población de Samoa a recuperarse del tsunami
Un equipo de Ministros Voluntarios de Scientology de Australia está ayudando a Samoa a recuperarse del tsunami que afectó a la isla temprano el martes 29 de septiembre. El maremoto arrastró pueblos enteros al mar y mató al menos a 140 personas.
Un terremoto de 8.0 grados a 190 kilómetros de la costa despertó con sus sacudidas a los habitantes de Samoa a las 6:48 de esa mañana. Diez minutos después, la primera de cuatro olas de cuatro a seis metros de altura azotó la costa y avanzó tierra adentro, destruyendo todo en su camino.
Alertados sobre el desastre, scientologists de Sidney, Australia, volaron a la isla devastada. En el sitio, se unieron a un equipo de samoanos que se habían entrenado como Ministros Voluntarios en 2008, cuando la Gira de Buena Voluntad de los Ministros Voluntarios del Pacífico Sur estuvo en ese país. Están trabajando juntos para ayudar a funcionarios locales a proporcionar los servicios básicos para varios miles de sobrevivientes que viven en albergues de emergencia desde que ocurrió el desastre.
Los Ministros Voluntarios de Scientology han montado su brillante carpa amarilla como centro de operaciones para sus actividades de ayuda. Ahí, en albergues y en pueblos a todo lo largo de la isla, proporcionan ayudas de Scientology: procedimientos simples desarrollados por el Fundador de Scientology L. Ronald Hubbard que ayudan a la gente a recuperarse de los efectos emocionales y espirituales de traumas, enfermedades y lesiones.
“Nuestras ayudas de Scientology son los ‘primeros auxilios espirituales’ que la gente necesita en un desastre”, comentó Mathew Andrews, líder de la Gira de Buena Voluntad de los Ministros Voluntarios de Scientology del Pacífico Sur, quien coordina el equipo de ayuda de los Ministros Voluntarios en Samoa. “Las personas que sufren, experimentan dolor o están fijas en la tragedia, se extrovierten, se alegran y comienzan a planear de nuevo para el futuro. Ayudamos a un hombre que tenía dolor, con problemas para caminar. El día de hoy lo vimos en el pueblo. Estaba sonriente y caminando sin problemas y se me acercó para estrecharme la mano”.